Disconformidad con la Imagen Corporal: una gran mayoría de las personas a la que acompaño, aún cuando no se puede decir que tengan un problema de la conducta alimentaria, lo cierto es que viven cargadas con una ansiedad y, en muchos casos, niveles altos de vergüenza, derivada de un desprecio a su silueta corporal en su globalidad o de alguna parte específica.

En muchas ocasiones se acude con impotencia porque, aunque estemos firmemente decididos a no comer compulsivamente, (pero también a no hacer ejercicio compulsivamente, a no comprar compulsivamente, a no mirar redes compulsivamente, etc.)  no se consigue. Una vez más, habrá que darle una mirada a esta problemática pasando probablemente por lo que implica el proceso de regulación emocional y no la mera exigencia de “No debo hacerlo”.

Éstos pueden ser tanto de personas, como de etapas vitales, etc. El ser humano tiende a apegarse a las cosas y a la vida. Pero la vida es impermanencia pura. Esta discrepancia hace que estemos pasando por muchos procesos de duelo constantemente. Aprender a sobrellevar la impermanencia es un factor de protección importante para poder vivir lo más libre y sanamente posible nuestra única, limitada e irrepetible vida.

Sentimientos de inseguridad y autocrítica/CULPA o de desvalorización/ VERGÜENZA. Pensamientos y comportamientos de autosabotaje, de comparación, de perfeccionismo obsesivo y alta exigencia. Incapacidad para sentirse digno de ser valorado o querido ya no por uno mismo, sino incluso por otros, rechazando las muestras de afecto y valoración externas.

no tengo mucho que explicar aquí, seguro que quien lo lea y se sienta reconocida, sabe de qué estoy hablando con esto de anhelar este equilibrio, pues estará pasando por el desaforamiento derivado de perseguir una quimera. Ojalá te animes a enfocar tus diferentes facetas desde un criterio propio y respetuoso, que te permita sentirte suficientemente buena en todas ellas y sentirte satisfecha, en vez de sentir que eres un auténtico desastre que no llegas a nada. Si quieres podemos trabajar juntas para intentar llegar a este punto.

Hoy en día, la maternidad se ha pasado de vivir desde la super idealización al otro lado, a un estado de la vida que se afronta con miedo, con exigencia y que puede llegar a hacer que se viva con un estado de ansiedad, decepción, sensación de fracaso y/o culpa muy elevada. Como resultado, podemos acabar con estados de regulación emocional próximos a la depresión, al de manía compulsiva tratando de llegar a todo de manera perfecta o de desesperanza e impotencia ante lo abrumador que puede llegar a convertirse.

Te invito a que podamos hacer una revisión de todo esto y puedas tratar de ponerte en el camino de cultivar la intención de vivir la maternidad como un reto increíble pero que, en vez de confrontarte a lo peor de ti, trate de sacar lo mejor y te haga sentirte orgullosa de experimentar y pasar por esta experiencia de vida con sus sombras y sus luces.

A veces no se trata de no sufrir por problemas, sino de poder aprender a vivir mejor la vida. Conocernos mejor y gestionarse de la forma más compasiva y óptima posible.